miércoles, 18 de marzo de 2009

...La vida me engañó...

Soy el que escribe una historia por no morir de amor, soy el que reza la plegaria de la invención, soy el muñeco desvelado que llora frente a las páginas blancas durante las madrugadas.
Al fin y al cabo reconstruiré la fabula de su engaño y me purgaré, y eso es lo importante.
La manera de superar algo así las iré encontrando durante el camino. Por lo pronto creeré en un lugar inventado, un pueblo, una cuidad literaria, y creeré que allí puedo colarme como un despertador en un sueño. Ahí estaré yo con nueva gente, y esa gente hablará mi idioma, el de las palabras que necesito escuchar o decir o escribir o leer. Soy el muñeco desvelado que recrea la parodia de unos días de unos señores y señoras que con la flaqueza de ser imaginarios harán brotar algo mejor de lo que aquí esta pasando, aquí en mi casa sola, con apenas mi presencia huidiza y su ausencia de plomo.

En qué momento ha fallado el guionista?
Cuándo le escribió aquellas frases horribles?
Cuándo nació para escribirlas?
Un ser abominable le ha redactado un libro de la separación por penales, por puntos, por palabras como balas. Quiero dirigirme con el enfado de la razón y con la razón del enfado a los guionistas unidos del amor; sepan que cuando encuentre al monstruo horrible que le ha escrito el guión a aquella que me partió el corazón apenas con palabras, palabras estudiadas, guión encadenado de simbolitos sobre papel injurioso de lo premeditado, sepan que cuando encuentre a ese analfabeto de todo, voy a clavarle su daño en forma de espiral, voy a insertarle ese castigo y por dentro sus entrañas comenzaran a hablar y escupirán con sangre las palabras justas, las reales, las que debieron haber sido.
Será tarde, pero el criminal letrado pasara por la justicia.
Con el amor no se juega, muchacho.

By ...Guille Roz...

No hay comentarios:

Publicar un comentario